viernes, 18 de septiembre de 2015

Últimas noticias de Delphos: ¡Crónica del equipo "Campo a través"!

Raid mixto,

Mario Fernández, Marina Gago y Alejandro Muñoz.

Nuestro Raid empezó como empiezan todos los Raids; con el anuncio de los integrantes, la rutinaria preparación de una mochila, la repartición de mapas y brújulas y la utilización de estos para trazar los rumbos que venían bien descritos en los cuadernos de Raid. 220° SE dijo Alejandro, se trataba del primer rumbo; yo cogí los mapas que formaban una clara imagen de los alrededores, los orienté y tracé. Hasta Lois, exclamó Marina, era un pequeño pueblecito que mi mente recordaba haber visitado años atrás. Tras haber trazado todos los rumbos y haber dibujado la ruta empezamos a caminar. Antes de salir del campamento tras la correspondiente foto de grupo, Guille nos dijo:
-Vais a Lois, ¿no?
-Si
-Ahhhh...., vale.

La cara que puso Guille no me gustó nada, y algo me decía que lo estábamos haciendo mal.

Aun así continuamos andamos unos 5 km hasta que por arte de magia la senda desapareció; Álex y yo no sabíamos que hacer ya que la responsabilidad caía sobre nuestros hombros. Acordamos que la mejor solución era continuar hacia el SE campo a través. Al salir del bosque nos encontramos con que nos habíamos desviado bastante y lo que teníamos delante se llamaba Pico del Mediodía y medía unos 1500 metros. Esta situación nos desconcertó y decidimos subirlo campo a través hasta cruzarnos con un camino que se veía en la lejanía. Fue horroroso, los arbustos y pequeñas plantas que nos llegaban hasta las caderas nos impedían avanzar y levantar los pies; llegado al camino sólo hubo que seguirlo unos 7 km. Cuando llegamos a Lois, sobre las 5:30, y vimos a los Rutas y nos contaron que había un GR (Gran Recorrido) que iba desde el campa al pueblo. Entendí la cara de Guille.
Descansamos, pedimos comida, comimos y dormimos. Al despertar y ponernos en marcha Marina nos comentó que le dolía la rodilla; tras hablar con los monitores que nos visitaron a las 10:00 nos dijeron que continuásemos. Yo sabia que Marina no iba a aguantar, pero aun así proseguimos nuestro camino hacia el siguiente punto, el pico Yordás.



Álex y yo veíamos que a Marina le costaba cada vez más caminar; y la preguntamos en varias ocasiones si quería parar o que llamásemos al campamento. Ya a los pies del pico Yordás, cerca del camino que llevaba a éste, decidimos parar y llamar; ya que Marina tenía la rodilla muy hinchada y cada vez andaba más lento. Primero contacté con Duque, uno de los cocineros, y luego con Cristina Martín; esperamos más de media hora hasta que la pick-up llegó hasta nosotros. Hablamos con los monitores, examinaron a Marina y por desgracia se la tuvieron que llevar. 

Álex y yo nos habíamos quedado solos, frente al mayor reto. Empezamos la ascensión campo a través hasta cruzarnos con el camino que llevaba al pico, después de un tiempo andado pudimos rellenar las cantimploras en la fuente. Salimos a un camino más pequeño hasta la cima. Eran casi las 16:00, por lo que sin darnos cuenta sufrimos una insolación, estábamos destrozados debido a la poco cantidad de comida que nos habían dado los habitantes de Lois. Decidimos dejar las mochilas y subir; de repente se me fue la cabeza y los oídos empezaron a pitarme, estaba exhausto, no podía con las piernas, sentía un mareo constante y notaba cómo mi cuerpo intentaba sacar energía desesperadamente, pero no la había, mi estómago estaba vacío. No pude más y me tuve que sentar, Álex siguió subiendo; cuando el estaba llegando y a mí me quedaban apenas 200 metros, en un ataque de envidia y fuerza seguí subiendo al llegar a la cima. Sólo hice unas fotos y me bajé. Álex ya había bajado, desesperado al verle le pedí que me pasase la cantimplora; bebí las ultimas gotas, decidimos descansar 1 minuto y bajar hasta la fuente. Notaba la deshidratación en la boca; bajamos vertiginosamente, las únicas palabras que dije fueron:
-Álex, más rápido.
Ya que veía que mi cuerpo necesitaba agua ya. Al llegar a la fuente, empezamos a sentir más los síntomas de la insolación y la falta de energía, nos dolía la cabeza y la barriga. Estuvimos una hora sin hablar; al quedarnos una tableta de chocolate que la utilizaríamos en caso de emergencia; decidí provocar el vómito para que mi organismo no expulsase el chocolate debido al dolor de barriga, vomité y comí una linea de chocolate, esa fue mi cena. 

Al mejorar pudimos preparar la rafia, apenas sin fuerzas, y meternos al saco a las 20:00.
Nos despertamos a las 8:00 más o menos, comimos un poco de chocolate y caminamos rapidísimo hasta Liegos, al llegar pedimos comida que nuestro cuerpo apreció. 

Seguimos andando y en una hora tras atravesar un río, pasamos de largo por Lario; poniendo rumbo a Acebedo.
Al llegar allí y ver a Pilar, a Carolina y a los Rangers, fuimos a la piscina natural donde se encontraban el resto de compañeros. Nos bañamos, compartimos comida, historias y alegría. 

Este Raid ha sido muy duro y me ha puesto en situaciones límite, siempre recordaré el pico Yordás, pero sobre todo siempre recordaré a los compañeros y al esfuerzo que bien guiado puede transformarse en vivencias tan únicas y bonitas como esta.

MARIO FERNÁNDEZ.

Gracias a los monitores por la preparación de este Raid y por su contribución a que haya sido memorable.

lunes, 24 de agosto de 2015

Últimas noticias de Delphos: ¡Crónica del Raid Chaleco!


Cómo resumir un Raid en el que hemos vivido tanto.

Bien, saltándonos las partes un poco menos interesantes, llegamos al GR (Gran Recorrido) que nos llevaría de Burón a Retuerto, camino en el que trágicamente perdimos el chaleco de Juan a la mitad, pero con lo que habíamos caminado nos negábamos a dar la vuelta.
Ya en Retuerto las únicas personas que había por allí nos dijeron que la ruta al siguiente pueblo estaba asegurada y que se veía muy bien, tan bien vista que estuvimos 3 horas perdidos por medio del bosque con el sol atardeciendo hasta que: "Chicos, eso rojo de allí... ¿No será el chaleco de Juan?" "Que no, ¿cómo va a ser el chaleco de Juan?".
Decidimos ir a ver que era, y, después de que Juan leyese sus dos apellidos de la etiqueta del chaleco y que nosotros gritásemos un "NOOO" a la par; decidimos ir de nuevo a Burón por el GR y de allí a Polvoredo por carretera en una marcha nocturna en la que teníamos la Vía Láctea en todo su esplendor sobre nuestras cabezas.

De izquierda a derecha: Juan Medina, Jorge Arranz y Ana Campesino.


El segundo día nos encontramos con un chaval que nos salvó el desayuno con un poco de fruta y leche, dándonos el pequeño trabajo de ordenar un poco de leña; el lado malo es que Juan se puso malo y se lo tuvieron que llevar;
así que acabamos el Raid nosotros dos solos.
Después de subir hasta la mitad el Monte Ricayo y empezar a perdernos por otro camino, decidimos que la carretera iba a ser nuestra mejor amiga durante el resto del Raid.
Pasamos por los mismos pueblos al menos dos veces, pero la recompensa valió la pena; en Lario un gran señor llamado Tino (que nos dió comida el primer día) nos bendijo con un chorizo, queso y sardinas que luego cenaríamos con el pan que nos dieron en La Uña, nuestro último pueblo señalado de la ruta.
Decidimos hacer un vivac en un sitio que vimos justo al lado de Acebedo, donde nos hicimos la mayor parte de las fotos de nuestro Raid. Ya por la mañana fuimos a Acebedo, donde encontramos a los cocineros y luego el grupo de Raid con el que salimos del campamento y de allí, a la piscina; lugar en el que nos vimos todos los grupos de Raid y donde
contamos todas nuestras batallitas. 

Por: Jorge Arranz y Ana Campesino.

viernes, 14 de agosto de 2015

MENÚ DÍA 14


DESAYUNO
Chocolate
Bizcochos
Fruta
COMIDA
Pollo con arroz
Fruta
CENA
Ensalada
Croquetas y empanadillas
Lácteos